Visitando Karatu
En octubre 2020 nos desplazamos hasta una de las zonas más desfavorecidas en Tanzania, Karatu. Aquí tuvimos un primer contacto con algunas familias que nos contaron sus dificultades, la mayoría centradas en la imposibilidad de comprar comida o material escolar para los hijos.
Siempre a favor del progreso de las economías locales, decidimos focalizar nuestros esfuerzos en impulsar pequeños negocios centrados en la venta de fruta, verduras, pescado, arroz… De esta forma, cada familia podría obtener un salario con el que sufragar sus gastos diarios.
Y lo hicimos. Invertimos y creamos empleo, generamos valor, contribuimos a mejores servicios e hicimos que ellos mismos construyesen su prosperidad. Tan solo pusimos la caña, porque ellos ya sabían pescar. Hoy son 11 las familias que se han beneficiado con esta iniciativa.
Pero ha habido más sueños cumplidos en Karatu.
Te los contamos: instalamos un inodoro en el colegio Ganaco Secondary School para Rosemary, una adolescente que, a consecuencia de un accidente, no puede flexionar las piernas. En la mayoría de los sitios públicos de Tanzania hay letrinas, por lo que esta niña tenía serios problemas a la hora de ir al baño en el colegio y se pasaba todo el día sin comer ni beber para evitar la visita al wc.
Y más… Llevamos sacos de arroz y maíz para la comida en el cole de los hijos de las familias a las que prestamos apoyo, así como material escolar para todo un semestre; reconstruimos algunas viviendas; dimos empleo temporal a cinco personas; los hermanos Neema y Derrick recibieron sus primeros regalos de Navidad y prestamos una primera asistencia sanitaria, con pruebas de rayos-X, diagnóstico, muletas y medicación para Rosemary y Jackson.
Las historias de Rosemary y Jackson son largas. Ambos necesitan intervención quirúrgica, la primera por el traumatismo a consecuencia del accidente y el niño por osteomielitis. Ojalá podamos contarlas pronto. Eso significará que estaremos ayudándoles a sufragar las operaciones que necesitan para llevar una vida normal.
“Las personas tienden a olvidar lo que haces y lo que dices,
pero no cómo les has hecho sentir”