Lala Salama

Lala Salama

Ya os hemos hablado de Baraka y Samweli, dos hermanos que se han criado con su abuela hasta que ésta falleció. Ahora viven solos y gracias a la solidaridad de los vecinos han conseguido tener su pequeño mini huerto y se hacen cargo de tres cabras, algunas gallinas, dos conejos y tres perros.

Cuando fuimos a visitarlos les prometimos que no iban a dormir más en el suelo. Así surgió Lala Salama que en suajili significa ‘dulces sueños’: con una cama y un colchón. Y sábanas, almohadas y mantas…

Después vino el resto, arreglar el tejado de la casa, una mesa y dos sillas, utensilios para cocinar y comer, lámparas solares, cortinas para impedir la entrada de los mosquitos, incluirles en el proyecto ‘Kilos de Supervivencia’…

Cuando les conocimos, Baraka y Samweli vivían en una pequeña choza de madera llena de agujeros por los que se colaba el frío en temporada de lluvias. Pudimos forrar las paredes por dentro con telas de saco, para frenar la entrada de ese frío y de ‘pequeños intrusos’. Pero nuestro sueño para estos dos hermanos iba más allá: construirles una casa de ladrillo y cemento.

Gracias a la generosidad de dos personas anónimas, hoy nuestro sueño es una realidad. Baraka y Samweli viven en una casa con las condiciones necesarias para poder habitar en ella.

Por nuestra parte, seguiremos la evolución de sus estudios y, cuando terminen la escuela secundaria, les serviremos de apoyo con el inicio de un pequeño negocio que les permita obtener su propio salario.

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“El futuro siempre es hoy. Mañana será tarde”